El mango es uno de los frutos más consumidos a nivel mundial, ya sea en fresco o en forma procesada como enlatados, congelados, deshidratados, entre otros. Ocupa el tercer lugar entre los frutos tropicales, después del plátano y la piña, y el quinto de todos los frutos. Se encuentra ampliamente distribuido entre los Trópicos de Cáncer y Capricornio, en regiones de clima tropical a subtropical. Los principales países productores son la India, China, Tailandia, Indonesia y México. A pesar de que México se encuentra en el 5° lugar de producción, es el principal exportador (RDS, 2003; Pat-Fernández et al., 2017).
En México fue introducido por los españoles en 1779 con plantaciones a lo largo de los litorales del Golfo, Caribe y Pacífico, siendo los estados de Guerrero, Sinaloa y Nayarit los principales productores al año 2017; Chiapas y Oaxaca ocupan el 4º y 6º lugar, respectivamente. Las variedades que se cultivan principalmente son: Tommy Atkins, Haden, Manila, Kent, Keitt, Manzanillo Núñez, Ataulfo, Diplomático e Irwin (SIAP, 2018; RDS, 2003).
Guerrero comenzó a cultivarlo entre 1950 y 1960 en el municipio de Atoyac. Inicialmente fue la variedad Manila y posteriormente Tommy Atkins, Kent, Haden y Ataulfo, este último es el que alcanza los mejores precios de mercado por lo que es el que más se produce actualmente. Como consecuencia de la baja de precios del coco, su cultivo comenzó a incrementarse, de tal forma que actualmente se encuentra solo o combinado con coco (RDS, 2003).
Dependiendo del clima, suelo, tecnología y manejo, el cultivo del mango enfrenta distintas problemáticas. Una de ellas es la alta demanda de insumos químicos, ya que para contar con fruta de “primera calidad” (la de mejor precio en el mercado por tamaño, forma y color) en el mes de enero, donde hay baja competencia con Chiapas y Oaxaca, deben aplicar fuertes cargas de fertilizante y de inductores de la floración. También está la presencia del mango niño, que es el que no alcanza el tamaño comercial adecuado y por lo tanto no se vende. Por último, el costo del paquete tecnológico. Esto lleva al productor a la renta de sus tierras a empresas o empacadoras durante un periodo aproximado de 15 años, lo que ha resultado en terrenos en mal estado por la carga de agroquímicos que usan durante ese periodo (RDS, 2003).
A pesar de que el mango es uno de los principales frutos a nivel internacional, muchos de los productores tienen que realizar otras actividades para subsistir, ya que, de no cultivarse en regiones donde existen las condiciones biofísicas idóneas para su desarrollo, el fruto no alcanza un estatus de primera calidad, por lo que no es adecuado para el comercio internacional y en algunos casos, ni para el nacional, lo que hace necesario invertir en tecnología y agroquímicos que ayuden a subsanar esas deficiencias. Por tanto, es importante identificar las áreas aptas para su desarrollo a partir de los factores biofísicos y socioeconómicos que la condicionan, incorporando el conocimiento, experiencias y tecnologías de los campesinos de Costa Grande para así generar política territorialmente diferenciada.
La aptitud de Costa Grande para el mango
Guerrero es el segundo mayor productor de mango Ataulfo en México, con 7584 hectáreas reportadas por el SIAP en 2016.
El mango se puede producir en regiones tanto tropicales como subtropicales, puesto que tiene un amplio rango de adaptación para suelos pobres y periodos prolongados de sequía, aunque dando lugar a calidades inferiores desde el punto de vista comercial. La mejor producción se obtiene en áreas libres de heladas con temperatura media mensual de 25 a 30°C durante la floración y desarrollo del fruto, así como temperaturas de 15 a 20° C en el otoño e invierno.
El cultivo del mango requiere de un mínimo de 500 mm anuales y no más de los 1800 mm, con un periodo de sequía durante la floración, para asegurar la fijación de los frutos.
Un área de aptitud indica aquellas zonas que cuentan con el ambiente físico óptimo para la interacción de los distintos factores que determinan el desarrollo de alguna actividad (en este caso cultivo del mango) con el mejor nivel de tecnología y material biológico disponible (Arcila, 2017).
Cartografía participativa: conocimiento compartido y contrastado para entender la aptitud del cultivo de mango en la Costa Grande de Guerrero.
El mapa de aptitud fue verificado con el conocimiento local ya que éste se usará, junto con el de variabilidad climática y erosión hídrica del suelo, para identificar las zonas prioritarias de acción dentro de la agenda local de desarrollo. Además formará parte de un Sistema de Información Geográfica para que los actores locales puedan evaluar, consensuar, modificar y dar seguimiento a las acciones y decisiones
Como primer paso se pidió a los participantes que definieran las áreas actuales de acuerdo a los tipos de agricultura familiar (de susbsistencia, en transición y consolidada) del monocultivo y de aquellas combinadas con coco (caso Atoyac y Benito Juárez).
Después se pusieron estos mapas sobre los mapas de aptitud generados con las variables reportadas por la literatura, para verificarlo y así poder identificar áreas de expansión potencial y definir acciones que permitan mejorar la productividad con el menor impacto para los sistemas físicos y bióticos de la región, permitiendo conservar su resiliencia.
La sobreposición de mapas mostró a los productores áreas potenciales de expansión del cultivo. Éstas se encontraron principalmente en Atoyac, Benito Juárez, Tecpan y Coyuca, siempre y cuando hayan prácticas que permitan:
1.Reducir el uso de insumos químicos (y con ello los costos que implica actualmente)combinar el mango con otros cultivos,
2.Disminuir la incertidumbre de la variabilidad climática, con una apuesta de policultivo para diversificar ingresos a lo largo del año.
También les permitió identificar necesidades concretas de investigación y de experimentación para optimizar el uso del espacio del cultivo.
¿Qué tipo de agricultura familiar produce el cultivo del mango de Costa Grande?
Agricultura de subsistencia
Áreas menores a 3 hectáreas, casi todas en combinación con palma de coco, donde predomina esta última (50-70% ó 30-70% de cultivo de mango y coco, respectivamente).
La densidad de plantación de árboles de mango por hectárea no sobrepasa los 300 y los rendimientos difícilmente superan las 5 ton/ha.
Éstas áreas son aptas para el cultivo de mango pero solían ser de cocotero al 100%, situación que se ha revertido desde hace 12 años cuando se empezó a introducir mango como una estrategia para aminorar el efecto de la caída de precios del cocotero.
Los productores de este tipo de unidad es de capacidad económica baja, cubren alrededor del 40% de sus gastos familiares con las ganancias que obtienen a lo largo del año, difícilmente llegan a sustentar el 50%. No pueden costear el paquete tecnológico necesario para ser competitivos en los mercados de mango, por lo que cultivan coco para asegurar la entrada de recursos a lo largo del año.
Este tipo de agricultura en zonas de alta aptitud podría ampliarse, pero necesita de capacitación y apoyo para lograr siembras rentables.
Cuando se da en zonas de aptitud media, el cultivo es aún menos rentable y generalmente se encuentran rodeadas de cultivos de coco o básicos como el maíz y el frijol
Agricultura familiar de transición
Áreas de 3-5 hectáreas de mango cultivado combinado con coco (70-30% de coco-mango, respectivamente).
La densidad de árboles por hectárea es de 700-900 árboles. El rendimiento de éstas huertas puede alcanzar las 8 ton/ha.
Los participantes calculan que del 65 al 70% de sus gastos anuales familiares son cubiertos por los ingresos que obtienen de la venta de mango, incluyendo pago de peones o de jornales (trabajadores eventuales). Sin embargo, al tratarse de productores con poca capacidad económica, requieren producir coco para asegurar sus ingresos sobre todo, cuando no se logra una buena cosecha de mango en calidad y/o en cantidad.
Parte de este tipo de agricultura se da en zonas donde la aptitud para el cultivo de mango es alta. Lo anterior se corrobora ya que la combinación de cultivos en esta región ha mostrado ser negativa para el mango.
También se desarrolla en áreas de aptitud media pero tienen que emplear una carga alta de insumos químicos, principalmente para la fertilización y para la inducción de la floración, ya que son zonas más frescas.
Identifican los impactos que ha tenido la aplicación de insumos, pero no cuentan con suficiente conocimiento para hacer mejoras en las prácticas que reduzcan dicho impacto.
Agricultura familiar consolidada
Áreas de más de 5 hectáreas de mango (entre 90-100% de la superficie de cultivo dedicada a mango). La densidad de plantación de mango por hectárea es de 900-1000 árboles. Las huertas de manejo intensivo en éstas áreas pueden dar hasta 10 toneladas de mango.
Estos productores obtienen del cultivo el 100% de sus ingresos para el gasto familiar y para costear los gastos del cultivo, a lo largo del año; pueden pagar peones (trabajadores estables).
Todos usan una carga alta de insumos químicos para fertilizar e inducir la floración y para combatir plagas como la mosca de la fruta y la antracnosis, las cuales son las principales afectaciones que les aquejan.
Alrededor del 97% de ésta área es de alta aptitud para el cultivo de mango, aunque también se presenta en zonas de aptitud media en donde se incrementa la aplicación de insumos.
Los productores de este tipo de agricultura pueden hacer fuertes inversiones, por lo que pueden tener huertas tecnificadas, enfocadas al mercado de exportación. Las ganancias obtenidas de la actividad permiten que la unidad familiar productora (poseedor/a de la tierra y su familia) obtenga el ingreso necesario para cubrir sus necesidades básicas a lo largo del año.
Cabe mencionar que la región de mayor producción en Costa Grande es de este tipo de agricultura y se da en áreas medianamente aptas por lo que son altamente tecnificadas.
Los insumos químicos que se emplean a lo largo del ciclo de cultivo tienen un fuerte impacto en los suelos y mantos freáticos.