Para enfrentar los nuevos retos se requiere otra organización social que parta de la construcción de autodependencias de abajo arriba para generar los satisfactores y cubrir las necesidades humanas

En la naturaleza es muy extraño encontrar átomos aislados, se encuentran juntos en moléculas de muy distinto tamaño y función. A su vez, la humanidad, en sus orígenes, funcionó en colectividades y actualmente se vive una dinámica de atomización. El modelo de desarrollo actual inculca el individualismo, es así como se ha llegado a lo que ahora llamamos democracia, con los resultados que todos conocemos.

Hay que imitar a la naturaleza, solo así podremos atender las necesidades humanas. Un cambio de época supone reivindicar a la colectividad a las comunidades, a la cooperación y a la solidaridad.

Cada etapa de la historia tiene sus modos de generar satisfactores para cubrir con las necesidades humanas, sin embargo, muchas veces resultan negativos o singulares o sinérgicos, endógenos o exógenos, según el enfoque de Desarrollo a Escala Humana.

Dicho enfoque plantea avanzar de abajo arriba construyendo autodependencia en la persona, en el hogar, en la comunidad, entre comunidades, en el municipio, hasta llegar al país, la región y el planeta, es contrarrestar la imposición de la dependencia de arriba abajo y llegar a un sano equilibrio, inhibiendo los satisfactores negativos y potenciando los sinérgicos.

Se forman comunidades de aprendizaje (moléculas) en diferentes escalas para avanzar en la autodependencia y se reconstruyen articulaciones orgánicas. Solo así se puede enfrentar con éxito al cambio climático; es en ese sentido al que apuntan poco a poco las reflexiones, recomendaciones y exiguos acuerdos internacionales.

Para esta dinámica se requieren todas las formas de conocimiento y saberes para llegar al entendimiento de las acciones que debemos realizar de manera colectiva.