Hablar de territorios indígenas desde una perspectiva socio-territorial implica definir aquellos repertorios culturales comunes que caracterizan, a los pueblos indígenas de México. Navarrete (2008) destaca algunos de estos repertorios culturales que caracterizan y definen a los pueblos indígenas de México: lengua, territorios, cultos religiosos, formas de vestir, creencias, historia, luchas políticas, la defensa de la propiedad de las tierras, entre otros. También se destacan prácticas simbólicas y rituales que Alicia Barabás (2004) expone en torno al cerro y la milpa, así como la cosmovisión que prevalece en las comunidades indígenas, desde la cual se establece una relación de reciprocidad entre la naturaleza y los habitantes.
De igual modo, hay que destacar la aproximación biocultural en el enfoque socio-territorial. El patrimonio biocultural involucra un conocimiento extenso sobre el entorno, así como unas determinadas formas de hacer que se manifiestan en prácticas agrícolas específicas. Este es el caso del maíz en México, donde hace aproximadamente 5000 años las comunidades que poblaban su actual territorio domestican la especie silvestre conocida como teocintle (perteneciente al género Zea), dando lugar a la aparición de uno de los cultivos más importantes a nivel mundial.
El entendimiento del territorio indígena como un sistema complejo en el que se entrecruzan múltiples variables biológicas y sociales incide en el desarrollo de distintas definiciones desde el campo del derecho, dando cuenta de la relación entre el derecho al territorio y la identidad cultural de un grupo, su patrimonio biocultural y el derecho de libre autodeterminación.
Como se observa en el mapa, México es un país con una gran diversidad cultural donde el centro como en el sur del país se concentra un mayor número de grupos indígenas, también se puede encontrar una multiculturalidad importante al norte del mismo. Regionalizar se convierte en un gran reto, debido a la constante transformación y dinámicas globales, así tenemos caso como: en el estado de Sonora, albergan cucapás, guarijíos, mayos, pápagos, pimas, seris y yaquis; en el estado de Puebla, encontramos mixtecos, nahuas, otomís, popolocas, tepehuas, totonacos y mazatecos; y en el estado de Michoacán se encuentran purépechas, mazahuas nahuas y otomís. Como se puede observar, tanto en Puebla como en Michoacán se encuentran los nahuas y otomís y esto no corresponde necesariamente a la proximidad en la que se encuentran los estados, sino a elementos más complejos.
TERRITORIOS EN OAXACA
El estado de Oaxaca cuenta con 45 grupos indígenas. En el mapa se puede observar que las poblaciones más extensas geográficamente son los zapotecas y los mixtecos. En el caso de los primeros, se distribuyen a través de una franja que va desde la costa hasta las áreas centrales del estado; mientras que los mixtecos ocupan una franja que se extiende desde el norte del estado hasta las áreas del interior que delimitan con los estados de Guerrero y Puebla. Además de los mixtecos y zapotecos, también se pueden observar, aunque en menor medida las regiones de los: chinantecos (áreas al interior del estado), mazatecos (al interior), chontales (costeras), y nahuas (al interior). De igual modo, conviene señalar que muchos grupos indígenas tienen una presencia mínima por lo que no llegan a manifestarse como predominantes en ninguna de las regiones.
Propiedad social y privada en los territorios de los Pueblos Indígenas en Oaxaca
Para los pueblos indígenas se destaca el derecho a conservar una organización comunitaria y un territorio que pertenece a una colectividad (y no solamente a un individuo). De este modo, los ejidos y los terrenos comunales pertenecen a la comunidad, la cual puede asignar determinadas parcelas para que sean trabajadas por una familia. En cualquier caso, las demandas territoriales son el núcleo duro dentro de las demandas de las comunidades y la principal defensa contra la explotación minera, petrolera o forestal.
Existe un predominio de la propiedad comunal por todo el estado con tan sólo pequeñas regiones donde la propiedad es ejidal, aunque cabe destacar que esas regiones también están esparcidas por gran parte del estado, tanto en regiones costeras, como en las regiones del interior y limítrofes con otros estados como Puebla, Veracruz o Guerrero. En el estado el 34% de las regiones son de propiedad ejidal, mientras que 66% son de propiedad comunal. En el caso de las zapotecas el 32% de las tierras son comunales y el 68% ejidatarios. En el caso de los mixtecos esta proporción es de 73% y 27% respectivamente.
Distribución de los territorios de los pueblos indígenas en las laderas de labor agrícola
En el estado de Oaxaca se presentan tres tipos de labor agrícola, los cuales son: de temporal, permanente y de riego, como se puede observar en el mapa, estos tres modos se encuentran combinados a lo largo de todo el territorio. En cuanto a los tipos de agricultura, el que predomina en gran parte del estado es el de temporal (71%), seguido del permanente (19%) y, por último, el de riego (10%).
De este modo, la agricultura de temporal se posiciona como la predominante, estando presente en todas las regiones del estado, mientras que la de riego está presente en poco menos de a mitad de las regiones. Por su parte, la permanente está presente en cerca de a mitad de las regiones con cifras que pueden varias de menos del 10% hasta el 74% en algunas regiones.
En el estado de Oaxaca hay un predominio de tierras que se encuentran en laderas abruptas (61%), seguidas de tierras que se encuentran en laderas fuerte (26%) y, por último, tierras que se encuentran en laderas moderadas (13%). Por lo general, todas las regiones cuentan con los tres tipos de terreno (abruptas, fuertes y moderadas), extendidas a través de todo el territorio. Aun así, las regiones donde hay más predominio de laderas moderadas son: la región de los Chinantecos Mixtecos (52%); la de los Tsoltsiles Zapotecas c/otros (47%) y Mazatecas Zapotecos (46%) también al interior del estado.
Por su parte, aquellas regiones donde hay predominio de laderas fuertes son: la región de los mixtecos Tseltales (97%), la región de los Triquis (80%) y la de los Chinantecos Mixtecos Zapotecos (74%). Por último, aquellas regiones donde predominan las laderas abruptas son: Triquis Tlapanecos c/ otros (97%), los Nahuas c/otros (97%) y los Mixes Mixtecos Nahuas (94%).
La agricultura indígena se ha basado en todo un conocimiento producto de la memoria colectiva y de consumos específicos asociados a la autosubsistencia, los gustos y las prácticas rituales. Producto de este saber se ha constituido la milpa, un espacio de cultivo importante pues en ella se consigue no sólo maíz, sino una variedad de 24 especies distintas.
Variedades de maíz y su relación con los territorios de los Pueblos Indígenas de Oaxaca
En cuanto a maíz en el estado de Oaxaca actualmente existen 35 razas de maíz distribuidas en todo el territorio, entre las más cultivados se encuentran: el Bolita (18%), el Zapalote Grande (12%) y el Serrano Mixe (11%).
En algunas regiones indígenas, llegan a cultivar 28 de las 35 razas presentes en todo el estado, en otras se tiene presencia de 26, 24 o 20 de las razas, en contraste con otras regiones que solamente cultivan una raza de maíz.
En el caso del estado de Oaxaca (uno de los tres con mayor población de lengua indígena con gran predominio de los zapotecos) hay cerca de 36 variaciones de maíz, de las cuales el 90% es cultivado con variedades tradicionales (Aguilar, 2015).
El territorio, por tanto, está definido como un sistema de relaciones, involucra tanto los recursos materiales como las poblaciones que habitan en un espacio determinado. Para el caso del maíz y su estrecha relación con las comunidades indígenas, hay que considerar también una serie de elementos culturales (el intercambio de semillas, pero también la organización social en torno a barrio y el sistema de cargos, por ejemplo) que caracterizan la práctica de la agricultura no como un hecho individual, sino sobre todo un hecho social y cultural que involucra a poblaciones y comunidades enteras.